Un testigo
de mi presencia,
en un lugar
que ya no transito.
¿Cómo pude estar
en el espacio que anhelo
pero que ya no visito,
al que voy,
con los ojos cerrados
y en mis recuerdos?
No hay coartada,
tan sólo un doble,
que se presenta allí.
Tal vez,
cuando me abrazo,
buscándote
en nuestros momentos
que ya no existen,
mi alma viaja
y camina,
corre,
como en aquel sueño,
llamándote.
Quiere encontar
el lugar prometido
donde nos daríamos cita
para celabrar
nuestra historia.
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