Todavía sueño
y me parece conocer
cada vez más
nuestra historia.
Sin más datos
que una mirada
también soñada
y compartida.
Flores truncas,
mustias,
negras.
Acariciando sus pétalos,
en mi palma,
intento que vuelvan
a ser un pimpollo.
Mis raíces
todavía acarician
las tuyas.
¿Acaso cuando me entrego
al abrazo oscuro
de mis párpados
buscando consuelo,
nos encontamos?
¿Es tan sólo una esperanza,
o vivimos en las sombras
lo que nuestras máscaras
olvidan?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario