los colores son más fuertes.
La comida es más rica,
y los besos son más dulces.
Desde aquel día,
puedo verte de otra manera,
verme de otra manera,
y llamarnos como siempre
supimos que nos llamábamos.
Desde aquel día,
que ansíabamos tanto,
que la historia nos había prometido,
podemos escribir la vida,
como siempre quisimos,
como siempre debió haber sido.
Por ellos,
por nosotros,
por aquellos;
valió la pena ese grito
que rompió las costras del alma,
del tiempo
y de la historia...
que pesaban tanto.
Valieron la pena
esos clicks por la igualdad,
esas horas de soñar y cruzar dedos,
esa noche de esperanza y frío,
junto a desconocidos
que conocíamos tanto.
Valió la pena.
Por los que no pudieron,
por los que ahora pueden,
y por los que podrán
decirlo.
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