martes, 15 de diciembre de 2009

Tesoro

Cada noche,
vuelo,
atravesando el viento,
saboreando su frescura.
Busco,
sobre las dunas,
olfateando
la espuma marina,
y la esencia de mis sueños.
En algún lugar, está.
Donde lo escondimos,
para protegerlo.
En mis palmas está su latido,
que me llama.
En tu boca está su nombre,
que busca despertarlo.
Y en algún lugar
están nuestras sombras.
En ese espacio,
que sonríe
y nos espera.

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