viernes, 24 de octubre de 2008

En las sombras

Todavía sueño
y me parece conocer
cada vez más
nuestra historia.
Sin más datos
que una mirada
también soñada
y compartida.
Flores truncas,
mustias,
negras.
Acariciando sus pétalos,
en mi palma,
intento que vuelvan
a ser un pimpollo.
Mis raíces
todavía acarician
las tuyas.
¿Acaso cuando me entrego
al abrazo oscuro
de mis párpados
buscando consuelo,
nos encontamos?
¿Es tan sólo una esperanza,
o vivimos en las sombras
lo que nuestras máscaras
olvidan?

Desencantado

Este nudo
oscuro y triste
que no deja expresar
el canto azul.
Era nuestro,
simple y nuevo.
Un destino
para pintar.
¿O era tan sólo
una luna intangible
inclinada en el cielo,
confundiendo
a las estrellas?
Engañado
por una máscara lejana
entre vos y yo.
Tan sólo una respuesta.
¿Es tan cara?
¿Es tan cara al universo?
Este silencio
tal vez compasivo
tal vez sádico
con un traje
de caricias fantasma,
¿es la respuesta?
Y yo
¿quién soy,
ahora,
bajo este cielo,
rozado por una brisa
escarchada?
Miro el Aqueronte
desde una costa
gris,
hacia la niebla
de mis sueños.

viernes, 17 de octubre de 2008

Revolución

Seamos uno
o seamos miles
debemos creer
en el futuro
de nuestros sueños.
Aunque tan sólo
pueda regalarte
este momento.
Soy un poeta
al que le sobran palabras
y le falta experiencia.
Cantaremos,
bajo el sol y la luna,
y sin saberlo
crearemos un círculo mágico
donde pueda regalarte
más que un momento.
El instante único
que será eterno,
y alimentará
cada aventura
más allá
de las leyendas oscuras
que no eran más que mentiras
oxidadas.
Tan sólo puedo regalarte
este momento.
Una revolución privada,
nuestra.
Entonces, festejemos.

martes, 14 de octubre de 2008

Inframundo

Aún no me atrevo
a romper las piezas
de esta historia
que no se puede rearmar.
¿Cómo voy a destruir
piezas de luz
que estuvieron encastradas
entre vos y yo?
Si soy el verdugo,
si yo soy Caronte,
sin barca ni óbolos.
Encerrado en el Hades,
queriendo ahogarse
en el Aqueronte frío
porque ya no hay caricias del sol,
ni frutos de la luna.
Tal vez
con sólo un gesto
Perséfone me guíe
de vuelta
hacia aquel mundo
que todavía anhelo.

Llamada

Cuántas veces
quise cambiar
estos trazos.
Y sin poder dibujar
nuevos encuentros
renuncié.
Ahora intento dibujarme
con este canto
que te reclama
y no se calla.
Grito,
entre escombros,
envuelto en trapos
que quiero desgarrar.
Alguien responda
a esta llamada,
que las olas se llevan,
cuando me acarician.

lunes, 13 de octubre de 2008

Presente II

Son latidos
escondidos,
que acallo
porque todavía
no es el momento.
Sin hora,
sin tiempo,
en un pantano
de soledad vencida
y sueños tan usados
que ya no pueden vivirse.
Una cáscara que estalla,
sentimientos nublados
que crujen.
Sin hora,
sin tiempo,
ahora.
Te busco,
a tientas,
corriendo,
jadeando.
Paredes golpeadas,
invocaciones viscerales.
En medio de esta oscuridad
que soy yo.
¿Dónde estás?
Intento descifrar
los cristales de la lluvia
en una red de segundos
que no vivo.
Allí, allá.
Ayer, mañana.
Y nunca abrazando
a mi aliento.
Esas gotas,
que caen del cielo
y se desarman,
el agua que corre,
se desliza,
penetra,
se eleva
y se congela
puede enseñarme más
que las sombras,
las grietas
y las rocas
del camino
que construyo.

domingo, 12 de octubre de 2008

Creando

Ese abrazo,
tras la niebla encandilante,
que espero alcanzar.
Estos sueños,
de colores inocentes
y música de cuentos de hadas.
Entretejen historias
que anhelo,
que deseo
con la suavidad del aroma
que vamos a conocer.
Son un llamado,
mi llamado,
un canto púrpura
que dibuja nuevas aventuras,
narra nuevos encuentros,
construye nuevas leyendas
elevando este universo ilimitado
que puede ser nuestro.

viernes, 10 de octubre de 2008

Presente

Cenizas de nubes
en esta marcha gris
de despedida.
El sol ahora es blanco,
y un rayo enlutece mi espalda.
Crecer más allá de estos escombros.
Alcanzar, volar.
Festejar la llegada
del manto oscuro
que apaga mi alma
deshoja mi aura,
más allá de mis lágrimas
y mis anhelos.
Es el descubrimiento
de una senda
de máscara lóbrega
que necesito mirar
con esos ojos
que todavía no tengo.
El frío
de mis pasos en la grava
reclama
su sombra.
La niebla
del más allá
me obliga a escuchar
a la grava
acariciada por mi llanto.

De nuevo

Ya conozco
esa mirada
y ese roce
anhelado
que me decía
que allí estabas.

Llamado

Este anhelo
de encuentro,
de pasos
y lazos.
De conexión.
Esperar,
gritar
una lluvia blanca y roja,
un llamado
a completar las alas.
Escuchame
más allá del tiempo
y la distancia.
Te llamo.
¿Te escucho?
Te encuentro.