Libertad es prisión,
cuando mata algo
interior.
Es la hora,
cuando el salto desciende,
y las piezas quieren desarmarse.
¿Dónde está
la fuerza de antaño?
El león que se ha ahogado,
en un fango ajeno.
El bosque negro se abre.
El sol rojo en un cielo de arena,
el mundo subterráneo espera.
Te encuentro y me miras,
entre perdido, asustado y curioso.
¿Soy distinto a ese pequeño,
entre árboles negros,
que extienden sus ramas
hacia la bóveda de arena?
Rompemos juntos,
un damero viejo.
Dejá las piezas,
construiremos algo nuevo.
Hay tanto allá afuera.
¿Te acordás de Orión?
Arco y flecha.
Apuntar más allá
de la torre desplomada,
del fantasma de Nimrod,
hacia las estrellas.
jueves, 11 de octubre de 2012
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