Un aroma,
a tardes grises
tras una ventana,
en el calor pacifico
de un cuarto de hotel.
Solo
con sueño dulce,
reparador,
y una pelicula
en la tele aerea.
O abrazados,
en un refugio,
para otro dia
conocer nuevos paisajes.
Contas recuerdos,
guardas monedas nuevas.
Tal vez una piedra,
o una estatuilla.
Hasta que llega el aroma
de las gotas pequeñas,
y su musica,
como tambores de duendes
que te ayuda a tener
el mas bello sueño
en un tibio
cuarto de hotel.
sábado, 30 de abril de 2011
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